En octubre de 1934 se aprobó una reforma al artículo 3º de la Constitución mediante la cual se instauraba la educación socialista en México. El artículo recién modificado señalaba:
La educación que imparta el Estado será socialista y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud en concepto racional y exacto del universo y de la vida social
Como pieza fundamental de esta importante transformación educativa, por medio de la “Comisión Editora Popular” , se editaron nuevos libros de texto para las escuelas primarias del país. Se prepararon dos series de libros para todos los grados escolares: la “Serie S.E.P.”, para las escuelas primarias urbanas; y la serie “Simiente”, cuyos libros fueron escritos por el profesor veracruzano Gabriel Lucio, para las escuelas rurales.
Rescatamos y reproducimos aquí algunas de las pequeñas narraciones que componían los distintos libros. De los libros para escuelas primarias urbanas, escogimos dos textos: “1º. de mayo” (segundo año) y “La guerra imperialista” (sexto año). De la serie para las escuelas rurales, seleccionamos “Ahuímol” (segundo año).
1º de mayo
Como hoy no teníamos que ir a la escuela, me levanté un poco tarde.
Vi a mi papá que se disponía a salir y le pregunté:
-¿Tú trabajas hoy, papá?
-No voy a trabajar, hijo- me contestó-. Voy a la manifestación de los obreros. A este día se le llama “Días del Trabajo”, y todos los trabajadores lo aprovechamos para hacer una gran manifestación por las calles. En este manifestación nosotros, unidos, exigimos a las autoridades lo que nos hace falta, por medio de letreros y discursos.
Recordamos también a los camaradas obreros que murieron en Chicago por conseguir que trabajáramos ocho horas diarias.
-Papá, ¿y tú qué vas a hacer en la manifestación?
-Yo voy a manejar un camión donde van a ir los miembros de nuestro Sindicato de Choferes.
Mi padre salió muy contento, y yo me quedé con deseos de ser grande como él para ir a la fiesta de los trabajadores
(p. 82-83)
La guerra imperialista
La guerra es el asesinato colectivo que los capitalistas fraguan para ahogar en sangre los justos anhelos de los oprimidos, que en la tierra luchan para conseguir un poco de pan, alguna libertad y la garantía de sus existencias.
En la última fuera hemos presenciado con horror cómo se asesinan los pueblos en masa, cómo se sacrifica ferozmente a las poblaciones indefensas, cómo las mujeres, los niños y los ancianos, resultan las verdaderas víctimas inocentes del salvajismo bélico de los imperialismos; hemos visto también cómo son destruidas las ciudades, arrasadas las fábricas, esterilizados los campos, que quedan yermos inservibles para el cultivo, en tanto que rachas de locura y de barbarie colectivas, se desatan entre los contendientes, aproximándolos a las bestias.
En todos los países de la tierra, más de 50 millones de trabajadores sin ocupación mueren de hambre, en compañía de sus familias, en medio de la más espantosa miseria, como resultado de esa fuera que devoró diez millones de vidas humanas y casi toda la riqueza de Europa para dilucidar qué imperio explotaría, en nombre de la civilización, a todo el mosaico multicolor de razas y de pueblos coloniales, de hecho o de derecho; a los hindúes, a los árabes, a los chinos, a los negros, a los mestizos y a los indios de América.
Las burguesías entonces inflamaron el espíritu patriótico de sus pueblos para encubrir sus propios propósitos. Entonces como ahora se tienden las manos por encima de las fronteras, y en tanto lanzan a sus masas obreras descontentas a combatir para acallar con la muerte sus protestas, ellas se reparten los beneficios y pretenden asegurarse una dominación sin trabas.
Ante esta verdad, debemos oponer como barrera, nuestras voluntades unidas con las del proletariado obrero y campesino, para impedir que se haga el sacrificio de más vidas y se les lleve a otra matanza general.
La lucha armada solamente es justificada cuando persigue objetivos de liberación y de justicia para los oprimidos.
(p. 199-200)
Ahuímol
Ahuímol es una congregación situada cerca de Chicontepec, pintoresca población de la rica Huasteca Veracruzana.
Ahuímol es la cabecera del Distrito Agrario “Eulalio Martínez.”
En Ahímol se ha declarado la guerra a muerte a toda clase de bebidas embriagantes, pues lo campesinos se han convencido de que el alcohol es el peor enemigo de los trabajadores.
El campesino que se emborracha, gasta el dinero en bebidas que dañan el cuerpo; desatiende el trabajo y, por lo mismo, sus tierras producen poco; su hogar es siempre miserable; en él no hay tranquilidad, porque el borracho maltrata hasta las personas de su familia. Los hijos de los alcohólicos son muchachos débiles y enfermizos.
En Ahímol los campesinos están constantemente dedicados a sus faenas agrícolas; por eso se ven tierras bien cultivadas, que dan abundantes cosechas.
Cuando hay sesión en el Comité Agrario, las discusiones son muy ordenadas, pues allí no hay borrachos que interrumpan con sus tonterías; se toman acuerdos en beneficio de la comunidad. Si alguna persona lleva a vender bebidas alcohólicas a Ahímol, es castigada por los mismos campesinos.
La escuela se ve siempre llena de niños y niñas, alegres y sanos, que van a educarse para llegar a ser campesinos instruídos.
¡Debemos imitar a los compañeros de Ahímol!
¡El alcohol es el enemigo del mejoramiento de los campesinos!
(p. 68-69)
Sobre el tema de los libros de texto durante la educación socialista vale la pena leer dos artículos escritos por Elvia Montes de Oca Navas:
“La educación en México. Los libros oficiales de lectura editados durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, 1934–1940”, en Perfiles educativos vol. 29, núm. 117, 2007.
“Libros escolares mexicanos a principios del siglo XX: Rosas de la infancia, Serie S.E.P. y Simiente”, en La Colmena 76, octubre-diciembre 2012.
Para una visión general y condensada de la historia de la educación en nuestro país, recomendamos:
Historia mínima de la educación en México, publicado por El Colegio de México en 2010.
Excelente rescate. Conservo el certificado de Educación Socialista de mi abuela como maestra rural en Michoacán. Puedo usar sus portadas para ilustrar su biografía? Con los créditos respectivos. Gracias.
Por supuesto que puedes utilizarlas. Saludos!
Gabriel mucho agradeceré me indiques si tienes testimonios de tu abuelita acerca de esa gran labor. Estaré al pendiente de lo que publiques. Gracias
YO TENGO EL LIBRO SIMIENTE PARTE 4
La educación socialista del 34 debería ser la predominante en el marco de un México distinto en la esfera de una américa latina distinta
Interesante el ensayo: “Libros escolares mexicanos a principios del siglo XX…” insta a reflexionar que después de casi un siglo nuestras condiciones educativas poco han cambiado. Persiste el curriculum oculto tendencioso.
Que tiempos aquellos para la educación pública, los libros de texto de ahora que han sufrido tantos recortes, omisiones y errores no se comparan con estos de principio de siglo, con ese aire de Revolución y renovación que abundaba en el país. Muy buen post, felicitaciones 🙂
Mi primer ponencia fue con este asunto y preguntaba sobre estos libros y los niños socialistas. Jornadas de la Revolución Mexicana en Jiquilpan.Carlos Martínez Assad y Ernesto Lemoine la comentaron y a partir de entonces hubo una gran amistad.aprendí tanto con ambos metodología, Lemoine me dijo:Yo soy niño socialista
INTERESANTE
La Educación Socialista en México brinda a los ciudadanos la oportunidad de estudiar excluyendo toda doctrina religiosa y ampliando un concepto racional y exacto del universo, así como una vida social. Resulta interesante leer las narraciones de los libros de texto donde describe de forma detallada la opresión que existía en los sectores obrero y campesino sometidos por la burguesía que acallaba de forma violenta sus protestas y solicitudes ante un mejor estilo de vida con mejores salarios, condiciones de trabajo y garantía de estos.La lucha social es una lucha interminable.
María Ana Juárez Segovia
Yo suprimiría el calificativo socialista y si a caso habría que usar alguno, preferiría el de “Humanista”,apoyado en el principio de…TODOS TENEMOS EL MISMO ORIGEN, participamos de la propia naturaleza y compartimos idénticas esperanzas. Que aunque el orden social exige diferencias necesarias, ningún puesto, cargo o condición social “elevada”, por alto que sea, debe hacernos olvidar que somos hermanos, no en alguna religión o creencia particular, sino, por ley natural. Que el más azotado por el infortunio resulta acreedor a mayor consideración, sin olvidar que ante el rasero de la muerte se borran todas las distinciones.
Para complementar:
Decreto por el que se reforma el artículo 3o. durante la gestión de Lázaro Cárdenas (Implantación de la educación socialista): http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/dof/CPEUM_ref_020_13dic34_ima.pdf
Decreto por el que se reforma el artículo 3o. durante la gestión de Miguel Alemán: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/dof/CPEUM_ref_041_30dic46_ima.pdf
Sobre la portada de Simiente: Solo una nota. Al parecer la portada que aparece en el libro Simiente (o la serie) fue ilustrada por el antropólogo Julio de la Fuente antes de dedicarse a esta profesión.
“La guerra es el asesinato colectivo que los capitalistas fraguan para ahogar en sangre los justos anhelos de los oprimidos, que en la tierra luchan para conseguir un poco de pan, alguna libertad y la garantía de sus existencias”
Pensar que en esa época la gente podía creerse semenajtes parrafadas tan anticientíficas. Es explicable por el afán manipulador que cualquier gobierno siempre ha tenido. Increíble que esta afirmación haya aparecido a pocos años de diferencia de la guerra expansionista de la URSS
VENDO LIBRO SIMIENTE PUBLICADO EN OCTUBRE 17 DE 1935, ESCRITO POR EL PROFESOR GABRIEL LUCIO PARA LA EDUCACION SOCIALISTA EN MEXICO, IMPUESTA POR EL SR. PRESIDENTE MEXICANO DE AQUEL AÑO.
EL SR. LAZARO CARDENAS
Me interesa tu libro. Soy federico lucio, nieto del autor.
Ah cabrón! “Ahuímol” Me recordó a las reuniones de Democracia Deliberada…